No fue nada planeado. De pronto, bueno, no tuve una grata impresión, pero sí, bien en frente a la Universidad papá detuvo el automóvil. Le pedí enérgicamente que lo corriera un poco más, por lo menos hasta terminar la cuadra, y de allí caminaría, pero ante tanta insistencia en pocos segundos, la negativa fue la que prevaleció.
Bajé un pie, luego el otro, y sin darme en cuenta estaba en clases. Pasé por lo visto muy rápido la entrada y el pasillo. Clases de recetas mágicas para paralizar a un ser vivo. Aburrido.
Bajé un pie, luego el otro, y sin darme en cuenta estaba en clases. Pasé por lo visto muy rápido la entrada y el pasillo. Clases de recetas mágicas para paralizar a un ser vivo. Aburrido.
Estaba poco interesante la clase, hasta que de un momento a otro, como una ráfaga intensa de puros corazoncitos, me miró, lo miré, concentrado él, pero realmente perdí por un instante la respiración, dado que la concentración hacía rato la había descuidado.
Ni bien toca la hora del paréntesis de estudio, corro directamente hacia lo que me pareció lo más lógico de lo ilógico y hasta creí una locura lo que estaba haciendo en ese momento, pero bueno, debía hacerlo, mis pies me lo ordenaban y también lo quería hacer.
- Hola!!!
- Hola, cómo estás.
Realmente agradable, de más cerca aún más atractivo, y efectivamente la cuestión se estaba tornando mágica, verdadera magia y no como la que mal enseñaba el profesor.
En pocos instantes aplicó en mí algún tipo de pócima. Era más que evidente que estuve hechizada y nada más respondía a sus deseos, o quizás no sufrí ningún hechizo y era voluntad propia. Quién sabe. La cuestión es que fue el primer día de clases, y bueno, si así empezaba, pues el año tenía unos 200 días para experimentar más.
♥ Blogomagico